“Hijos míos –decía– sed alegres: no quiero ni escrúpulos ni melancolías, me basta con que no pequéis”.
Su frase famosa (se convirtió en el título de una película en 1983 con Johnny Dorelli) era: “Sed buenos… ¡si podéis!”.
Y en su dialecto romano, cuando sus chicos le hacían perder la paciencia, les decía la frase (dulcificada al final): “Te possi morì ammazzato… (algo así como “allá te mueras”) ppe’ la fede!” (¡por la fe!).