“Mi amable Jesús, delante de las personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo, y toda la Corte celestial, ofrezco,
según las instrucciones de tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado
Corazón de María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas,
Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los
méritos de tu Santísima Sangre y tu muerte de cruz: para adorar a la
Gloriosa Santísima Trinidad, para ofrecerle reparación por nuestras
ofensas, por la unión de nuestra santa Madre Iglesia, por nuestros
sacerdotes, por las buenas vocaciones sacerdotales y por todas las
almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de
vida y concédeme gracia para perseverar en el fielmente hasta el fin de
mi vida. Amen.”