🗡ESPADA ESPIRITUAL
Jueves 20 de septiembre de 2018
Nunca podremos imaginarnos tanto amor de Dios para con nosotros, de la persona más pecadora puede convertirla en la más santa.
En el evangelio de hoy (Lucas 7, 36 -50) vemos la gran misericordia de Jesús hablándole a Simón que le dice: "Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados (...)" Se refería a la mujer que había lavado sus pies con sus lágrimas.
Son muchos los grandes santos que en su momento ofendieron a Dios gravemente. Como San Pablo que estuvo presente en el martirio de San Esteban, San Agustín, por quien su madre rezó muchísimo tiempo para su conversión, San Francisco de Asís, que tenía una vida totalmente liberal y desordenada y dejó todo por amor a Dios.
Si meditáramos la misericordia de nuestro Padre del cielo para con nosotros no podríamos dejar de amarlo.
Señor, me perdonas las ofensas y te sigo ofendiendo, te doy la espalda y me sigues perdonando, te traiciono con otros dioses y me sigues amando, ensucio mi alma y me esperas con tu gran misericordia. Hoy propongo firmemente no ofenderte más. A.M.D.G.