🗡ESPADA ESPIRITUAL
Viernes 21 de septiembre 2018🌺
Tú, hermano, todavía no has mirado con humildad los malos hábitos que hay en tu interior, todavía no hiciste un verdadero examen de conciencia. Cuántas miserias hay en ti, malicia, bronca, falta de perdón, rencor.
Acostumbrado a ver los defectos ajenos, el egoísmo, el odio, todo esto enfría tu caridad, todos estos malos hábitos enfrían tu espíritu de misericordia.
Hoy Jesús nos recuerda en el evangelio (San Mateo 9, 9-13):" Vayan y aprendan qué significa: "Yo quiero misericordia y no sacrificios". Porque yo no he venido a llamar a los Justos, sino a los pecadores."
Muchas veces nos habla al interior: no juzgues y no serás juzgado, no condenes y no serás condenado, para que crezcamos en la caridad.
Hoy celebramos a un gran santo y apóstol, San Mateo, que era publicano y recaudador de impuestos, un pecador ante los ojos de todo el pueblo, sólo Jesús puede ver más alla de sus pecados, puede ver en Mateo un hombre que puede hacer mucho bien por el Reino de los Cielos.
Le llamó con todo su amor y misericordia para ser su Apóstol.
Clara enseñanza de Jesús, de su misercordia, de su caridad.
De qué me vale leer toda la Bilblia, conocer todo el catecismo, hablar un lenguaje de ángeles y estar todo el día en la Iglesia si juzgo y no tengo caridad, y no hay en mí nada de misericordia.
Estoy enfermo de orgullo, de falta de caridad.
Sáname Señor, este corazón rencoroso, gustero, conviértelo en un corazón misericordioso.
El amor sana el alma, aleja el odio, el rencor de mi interior, que pueden haber permanecido en mí por muchos años. A.M.D.G.