"La misión en Costa Rica fue un regalo de Dios Padre"
En el Hospital de Niños Entrega de presente al Obispo de San José de Costa Rica
La misión en Costa Rica fue un regalo de Dios
Padre, muy grande para mi vida, con muchas bendiciones. Me sentí como en casa en
ese país. Los feligreses de distintas parroquias respondieron masivamente con su
presencia en las distintas misas que celebré, se notaba la necesidad, como acá
en Argentina. Los sacerdotes que me recibieron en sus parroquias estuvieron muy
atentos a mi llegada.
Concelebré con el Obispo, Monseñor Quirós en la
Catedral Metropolitana, a quien le regalé una imagen de Nuestra Señora de Luján,
y al entregarle la imagen le pedí que rezara por el Papa Francisco.
El encuentro con los médicos fue muy familiar,
varios de ellos fueron quienes organizaron mi visita a este país, que fue muy
bien coordinada, junto con la Asociación Obras del Espíritu Santo del Padre
Valverde. También compartí con los médicos, que eran más de dieciséis, un
almuerzo, una charla y proyección de videos. Algo que me llegó muchísimo fue la
visita al Hospital de Niños, más de sesenta bebés y niños que estaban muy graves
y sufriendo mucho, por los cuales oré uno por uno. También me gratificó mucho
saber que el Papa Juan Pablo II visitó este hospital el 3 de marzo de 1983.
Providencialmente me encontré con dos personas
muy importantes: una fue Floribeth Mora, conocida mundialmente como el milagro
de Juan Pablo II (por el cual el Papa fue canonizado), participó de mi misa y
compartimos una linda charla. La otra persona fue el cantante uruguayo que
reside actualmente en España, Luis Alfredo Diaz, que estaba en Costa Rica
grabando los programas de televisión para EWTN, y me acompañó en varias misas
con sus canciones.
Otro momento importante para mi fue el encuentro
con los seminaristas Siervos de la Santísima Trinidad, que eran más de 20, a
quienes hablé de mi misión y de la santidad sacerdotal. También compartí con
ellos un almuerzo.
Al partir de Costa Rica me dirigí al Monasterio
de Monjes contemplativos de Campeche, donde Dios me regaló unos hermosos días y
recibí también grandes bendiciones. Me marcó mucho la insistencia de los monjes
que me pidieron que me quedara con ellos para ayudar en el monasterio
dirigiéndolos espiritualmente. Finalicé mi misión agradeciendo en el Santuario
de Guadalupe y pidiendo a la Virgen por la Parroquia.
Agradezco a Dios, a a la Santísima Virgen, a San
Benito, al Padre Pio, y a tantos otros que intercedieron, como también a toda la
gente que me acompañó con su oración, se notó por los frutos.
En el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe
Padre Rene Cari