VISITA LA
PARROQUIA UN SACERDOTE DE LA CONGREGACIÓN DEL PADRE IGNACIO
El Padre Miguel Narvaez, de Rosario, Santa
Fe, participó el miércoles 27 de enero de la Jornada de Enfermos y Afligidos,
donde concelebró con el Padre René y estuvo confesando más de tres horas.
Publicamos a continuación su testimonio:
Vengo de San Salvador de Jujuy
pero ahora estoy en Rosario, Santa Fe. Al Padre lo conocí en el Santuario de la
Virgen del Rosario de Río Blanco en Palpalá, Jujuy, en una misa donde yo era
diácono y por cuestiones comunes en los métodos de oración y por las oraciones
de intercesión por las personas. Después el Padre me visitó cuando estaba en San
Nicolás y ha estado en noviembre del año pasado en un día de la novena en mi
parroquia de Rosario. Pertenezco a la Asociación Clerical
Cruzada del Espíritu Santo. Estoy en la Parroquia Nuestra Señora de la Medalla
Milagrosa. En este momento estoy con arreglos y construcción de la parroquia y
llevando a cabo misiones barriales.
Sobre
el Padre Ignacio Peries: Es una persona muy agradable que
transmite mucha fe y yo he sido testigo de sus intercesiones. Además se ve en él
mucha disposición y esfuerzo con los enfermos.
Su
vivencia en nuestra parroquia: Remarcaría la presencia
eucarística, es decir, la Adoración Eucarística, la tranquilidad en la
celebración de la misa y la disponibilidad del Padre en las
confesiones. Animo a la comunidad a perseverar
en la oración, deseando que puedan tener
la Adoración Eucarística Perpetua y que siempre estén dispuestos a acercarse a
los sacramentos de la confesión y de la eucaristía.
TESTIMONIO - Ramón Alfredo Ortellado, nacido en Misiones.
Tengo 52 años, vivo en Capital Federal. Hacía un año que no caminaba, tenía
un dolor muy fuerte en la pierna que no me permitía hacerlo. Después de
recorrer varios médicos y especialistas, de hacer tratamientos, tomar calmantes
y que el dolor no pasara, y de no tener un diagnóstico de mi enfermedad, decidí
visitar a un curandero. Metiéndome por desesperación en sectas donde sólo me
sacaban el dinero.
Un día en el Hospital Hernández, donde me atendía, mientras esperábamos
en el consultorio, mi esposa hablando con una señora le contó del Padre Rene y
las misas de sanación. Ella le dio el mail y así nos comunicamos con la
parroquia solicitando un turno. Fue así que llegué hasta la parroquia del Padre
Rene donde hablé y le conté lo que estaba pasando.
Después de la oración de intercesión empecé a sentirme mejor y el dolor comenzó
a desaparecer. Los médicos todavía no saben a qué se debían las dolencias. Doy
fe que gracias al Padre Rene puedo caminar normalmente.