CUANDO
LO QUE NOS MUEVE ES LA FE…
Cuando
nos urge la necesidad espiritual de ir o estar en tal o cual lugar, más aún,
cuando Dios por medio del Espíritu Santo nos dirige hacia qué lugar o hacia qué
persona debemos ir, no hay duda de que el fuego que arde en nuestro pecho, en
nuestro corazón, quema por y con la verdad; y es así que el sábado a la mañana
nos dirigimos desde Morón, pcia. de Buenos Aires a la ciudad de Junin, a
doscientos sesenta kilómetros de mi ciudad.
Es
que después de escuchar el programa de radio, su primer programa de radio, que
se emite por FM 89.3 cadena cumbia latina los días viernes de 22 a 23 hs., y
que podemos seguir gracias a la tecnología por internet a través de www.radiolobos.com.ar
, el Padre Rene Cari anunció que el domingo iba a estar ahí, en Junin,
celebrando la misa de Pentecostés a las 19 hs… y allí fuimos.-
Sin
importarnos otra cosa más que estar ahí, participar juntos de la misa y recibir
esa bendición de liberación y sanación tan especial que hace el Padre, es que
llamamos a la congregación de las Hermanas Isabelinas, cuya parroquia está
justamente al lado de la congregación, la parroquia Cristo Redentor. Llamamos
con el objetivo de pedirle a las religiosas albergue hasta el lunes para poder
estar ahí en esa misa presentes. Cabe aclarar que mis tías italianas son
justamente pertenecientes a esa Congregación como religiosas, allí en Italia y
que es frecuente que viajemos a Junin y nos hospedemos con las hermanas en la
congregación. Hace unos meses atrás, tres sacerdotes amigos se ordenaron en Junín,
motivo también por el cual estuvimos presentes y allí nos hospedamos, pero en
esa oportunidad “abusando” de su generosidad, lo que sólo seria un fin de
semana se convirtió en unas “mini vacaciones” de una semana y tal vez nos
hubiésemos quedado más sino hubiese sido por las terribles picaduras de los
barigüí.-
Pero
continuando con el relato y sin distraernos más, les cuento que llegamos el sábado
a las 20 hs a la fría, y más que fría, helada ciudad de Junin pero no por eso
menos hermosa.
A
medida que pasaban las horas y se acercaba el domingo, era más y más el fuego
en nuestro interior, sabiendo que en pocas horas, menos de 24, íbamos a
celebrar Pentecostés a 260 kilómetros de casa y a recibir esa bendición tan
especial que imparte el Padre Rene Cari.-
Y
llegó el domingo, para qué decirles… helado y lloviznoso domingo. Pero a quién
le importaba si el objetivo era otro, si habíamos sido movilizados hasta Junin
por medio de la fe, sí la fe, la fe que movió a estas montañas de carne y hueso
pero llenas del Espíritu de la Verdad,
del Espíritu de Dios.
Y
así fue, que los últimos fuimos los primeros, ya que estando hospedados en el
mismo predio de la parroquia estuvimos escuchando la celebración de la santa misa
unos metros más atrás de donde termina el atrio. Todo el templo colmado, no
entraba un feligrés mas, pero ahí pese a las vicisitudes e inclemencias del
tiempo, el Padre Rene hizo su bendición especial de liberación y sanación,
primero a los niños que estaban dentro del templo y ahí nomás, a
continuación, a los que estábamos afuera
soportando los abatares del clima.-
Qué
decirles de la misa…qué decirles de la excelente organización de sus colaboradores
en Junin. Nos sentíamos como en nuestra propia casa, en la ciudad de Lobos,
porque a pesar de ser de la ciudad del gallito de Morón, tanto el padre como
sus colaboradores de su parroquia de siempre, San Vicente Pallotti, nos hacen
sentir como en nuestra propia casa, sin fronteras. Como debe ser, cuando los designios de Dios nos juntan, a
nosotros, los fieles, priorizando a lo que realmente nos mueve la fe, que es
estar ahí, en el lugar que nos conduce el Espíritu santo, el Espíritu de Dios.-
Loado
seas mi Dios y Señor, por reunir a tu rebaño hasta en los confines de la
tierra….
