🗡ESPADA ESPIRITUAL
Lunes 30 de Julio 2018
Hay una virtud muy importante, es muy silenciosa, acepta con mucha fe la voluntad de Dios pero no le exige nada ni le pide cuenta, jamás se enoja con su creador: es la humildad.
Es muy saludable y jamás se amarga, ni vive juzgando y atrae muchas bendiciones, no busca figurar ni buscar los primeros puestos, te hace obediente, jamás se justifica y te hace vivir en santidad. Es como el grano de mostaza, "la más pequeña de las semillas", como dice el evangelio de hoy (Mateo 13 , 31 -35) que cuando crece es la más grande de las hortalizas.
Es la virtud que Jesús alaba cuando reza el publicano, contraria a la oración soberbia del fariseo. Es sanadora y reconciliadora. Si se equivoca pide perdón y jamás le roba la gloria a Dios. No le duele en el interior cuando le dicen la verdad, jamás guarda rencor, trabaja con amor y en silencio, no para que los otros lo vean y lo aplaudan, no se hace problema, todo lo toma con paz. Si no lo consideran no se pone triste, si no lo valoran no se pone sensible.
Pide a María esta gracia ya que Ella es la humildad en persona.