🗡ESPADA ESPIRITUAL
Viernes 3 de agosto de 2018
"Jesús no podía hacer milagros en su pueblo por la falta de fe". Así nos recuerda hoy el evangelio (San Mateo 13, 54 -58). Cuando razonas demasiado, dudas, es muy difícil que Dios pueda hacer milagros.
Yo soy un testigo de sus milagros, y varios son los ejemplos que te voy a poner. Dios le dice a Zacarías: "Por haber dudado te quedarás mudo". Y exige también de vos y de tu familia un cambio de vida. Esto quiere decir dejar de ofenderlo. Y Le decía Dios a Jonas: "Si Nínive no se convierte será destruida".
A Jesús le duele mucho cuando una persona no es agradecida o se vuelve a alejar después de su curación. Por eso le dice a un leproso: "¿No eran diez los que fueron curados? Y los otros nueve, ¿Dónde estan?.
Por eso para que Dios actúe en mi vida tengo que tener una gran fe, armarme de paciencia, no deseperarme, no desconfiar de su poder ni buscar soluciones mágicas. Todo eso no es del agrado de Dios.
Cuando hay fe hay que abandonarse a los tiempos de Dios, aprendamos de Santa Mónica que perseveró mucho tiempo en su oración para la conversión de su hijo San Agustín. No pongamos nuestra confianza en los curanderos, etc. "Maldito el hombre que confía en el hombre" (Jer. 17,5). Sólo en Dios tengo que poner toda mi confianza. Persevera en tu oración, cumple los mandamientos, vive en estado de gracia para no ofenderlo, reza el Rosario como pide la Virgen y verás sus frutos. AMDG