🗡ESPADA ESPIRITUAL
Martes 6 de Noviembre de 2018
El evangelio de hoy (San Lucas 14, 15-24) nos habla de un llamamiento, de una invitación que nos hace Dios a la verdadera felicidad que es el Cielo, y también al banquete eucarístico que es la santa misa. Pero el hombre está tan metido en el mundo o encantado por el maligno que no tiene tiempo para Dios, es como un desprecio a su invitación.
Muchos fueron invitados a trabajar para el Reino de los Cielos, hombres con tantos dones, hombres con tantas gracias pero prefieren lo terrenal y responden como los hombres del evangelio de hoy.
Jesús en su Palabra nos pone el ejemplo de un hombre que preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar mandó a su sirviente que dijera a los invitados: "Vengan, todo está preparado." Pero empezaron a excusarse: 'acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo, te ruego me disculpes'. El segundo dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas, te ruego me dilculpes' y un tercero respondió: 'Acabo de casarme por esta razón no puedo ir'.
Hoy tenemos presente a San Leonardo de Puerto Mauricio, sus homilías eran un fuerte llamado a la conversión. Un día, al final de su sermón en Corcega, dos hombres, endurecidos por odios seculares, dispararon al aire sus fusibles y se abrazaron en señal de paz.
En Florencia sus sermones constituían un llamamiento a todos los ciudadanos, incluso a las mujeres de mala vida.
Este santo fue un gran devoto de la Virgen y un apasionado defensor de la Inmaculada Concepción.
Pidamos a este gran santo escuchar la voz del Señor y no endurecer nuestro corazón. A.M.D.G.