🗡ESPADA ESPIRITUAL
Sábado 10 de Noviembre de 2018
"No se puede servir a Dios y al dinero". Nos lo dice el evangelio de hoy (San Lucas 16, 9 -15).
Ya desde el Antiguo Testamento Dios nos enseña que hay que amarlo por sobre todas las cosas, en las tablas de los mandamientos que le entregó a Moisés.
El sabio Santo Tomás de Aquino nos enseña que la felicidad no está en el dinero, cuántos lo tienen y no son felices.
Yo también soy testigo en esta misión sacerdotal que muchas personas que están bien económicamente no son felices y vienen muy depresivas a buscar la verdadera paz del alma que nos da Jesús.
Podemos también pensar en otro ejemplo que nos da Jesús en otro evangelio, el del avariento, donde le dice al hombre que acumulaba muchas riquezas: "Insensato, esta misma noche vas a morir. Para quién será todo lo que amontonaste."
Tengan cuidado de que no se nos haga el centro de nuestra preocupación el dinero, hasta llegar a descuidar la educación y el afecto de los hijos.
A veces nos afecta tanto que nos quita la paz, el buen ánimo y estamos apegados tan enfermizamente hasta el punto de que hacer el mínimo gasto nos hace mal, y escandalizamos a otros.
Pobre alma, qué materializada está, no disfruta nunca de las gracias que Dios le concede, sólo le importa el dinero.
Pidamos a la Virgen y a San José que vivieron muy pobremente, aprender a vivir de la fe más que de las riquezas, que realmente encontremos el verdadero tesoro que va a enriquecer nuestra alma. A.M.D.G.